sábado, 24 de outubro de 2009

Sus dedos recorren los carnosos pétalos laterales y el botoncito rosa, resbalando en la tibia humedad. Si son solo palabras, si es sólo la palabra “palabra”. El erotismo es frágil como un lirio, es una jugada magistral en un tablero complicado. El don del cielo desciende sobre los cuerpos, las miradas, las palabras, mientras todas las piezas defienden celosamente su lugar. Después los pequeños peones crecen, se convierten en torres y caballos, la dama se aja, el rey envejece, el alfil pierde la fe. ¡Y adiós dulces humedades y olor a pan recién horneado! Sólo queda un lirio marchito a la orilla de un arroyo seco.


Alicia Steimberg,
in Amatista.

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